sábado, 15 de enero de 2011

ENCARNACIONES



Acabamos de celebrar gozosamente el nacimiento de nuestro Redentor. Seguramente hemos sentido un enorme vértigo al contemplar este hecho histórico, como cuando desde lo más alto de un edificio altísimo echamos una mirada hacia abajo. Y seguramente hemos sentido mucho consuelo al ver cómo este Dios eterno e inmortal ha venido a nuestra orilla, ha optado por nosotros, no ha querido que me pierda y pensando solo en mí ha pasado por el puente de la Virgen hasta nuestra dimensión temporal tan desagradecida, para ser el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.


La epistola a la hebreos nos dice que Jesucristo es la Palabra definitiva de Dios, que nos ha hablado por Él en esta etapa final que no tenemos que esperar ninguna revelación nueva, que es el reflejo de su gloria, impronta de su ser. El Verbo eterno ha asumido una naturaleza humana semejante a la nuestra menos el pecado, y ha pasado todas las etapas que un humano vive. En las aguas bautismales del Jordán asume nuestro pecado, se hace pecado, convirtiéndose en el siervo de Yahve profetizado siglos atrás por el profeta Isaías, siendo perfeccionado por el sufrimiento y pudiendo así comprender el dolor humano acompañándonos, dando su gracia, y al ofrecerse al Padre por nuestros pecados se ha convertido en Sacerdote eterno. Desde dentro quiebra la oscuridad, el pecado, la ignorancia y la muerte eterna. Por tanto, celebrar la Encarnación del Señor, su nacimiento, es celebrar nuestra vida, nuestra liberación verdadera.


Y esta liberación se hace desde dentro, no desde fuera. Se ha metido totalmente en nuestra realidad y dentro de ella ha explotado su Amor exterminando la enemistad del hombre con Dios y la muerte eterna a la que estabamos destinados sin su encarnación. Por eso no hemos de tener otra actitud de una contínua acción de gracias que se pone de manifiesto en nuestro culto público litúrgico que ha de ir acompañado con los sentimientos de nuestro corazón. Podía haber realizado nuestra redención de otra manera, pero sin embargo lo ha hecho "desde dentro" de nuestra dimensión, en el espacio y en el tiempo , con nuestra carne.


No sólo quiere el Señor que nos asombremos como Dios se ha hecho presente entre nosotros de un modo nuevo para reconstruir lo que estaba caído y restaurar de este modo el universo, sino que hay una enseñanza que hemos de asumir vitalmente. También nosotros hemos de encarnarnos en nuestro tiempo, en nuestra realidad cotidiana historica y desde dentro "explotar" también nosotros ordenando las cosas segun el querer de Dios. Tantas veces nos quejamos de los políticos de turno, de las asociaciones culturales o vecinales, del arte de todo tiempo, de las costumbres, en definitiva, sin Dios. Hemos de reconocer que los cristianos tenemos un pecado muy gordo de omisión, porque muchas parcelas de la vida se la hemos dejado a los sin-Dios. No nos hemos encarnado realmente como el Señor, no nos metemos de todas todas en la realidad mundana, se lo hemos dejado a otros, y claro ellos lo han ordenado y quieren ordenar segun criterios marxistas, masónicos, laicistas..... Creer profundamente en la Encarnación del Señor exige a los cristianos seguir el estilo de Jesús y meternos hasta en los charcos de este mundo, porque no hay nada humano que escape de la mirada cristiana, y desde dentro también como nuestro Divino Maestro explotar y empapar todas las realidades con su estilo, con sus valores.


No pensemos nunca en la Virgen María como una apartada de su época, sino como la vecina servidora y siempre dispuesta a apoyar las ideas justas, como la madre de familia preocupada de los asuntos vecinales y políticos de su época....porque vió como Dios mismo se había metido "hasta las trancas" en la historia humana, en nuestra dimesión. Así ha de hacer el legionario de María; entrar en las entrañas del mundo y desde él santificarle y llevarle a Jesús.

Allocutio Comitium Nuestra Señora del Sagrario

Enero de 2.010



viernes, 14 de enero de 2011

LA INICIACIÓN CRISTIANA (I)


Se habla mucho de la "Inicianción Crsitiana". Pero ¿qué es en realidad? Espero ayudar en su clarificación:


1.-Terminología:
La palabra "iniciación" proviene del latín initiatio y significa empezar, introducir alguien en algo, poner a alguien en el camino. Ciertamente el término iniciación hoy resulta extraño y nos evoca los ritos de las religiones mistéricas de la época helenísticas. Cuando éstas desaparecieron los Padres de la Iglesia no pusieron ningún reparo en utilizar su lenguaje y en ir configurando el acceso a la fe como un auténtico proceso de iniciación. Durante la Edad Media hasta el siglo XIX el término iniciación cae en desuso y en el siglo XX con el impulso posterior del Concilio Vaticano II se retoma en los documentos el concepto de la Iniciación Cristiana.
En la economía sacramental la palabra iniciación designa el conjunto ordenado de los tres primeros sacramentos: bautismo, confirmación y eucaristía.
2-Definición de la Iniciación Cristiana:
En el proceso sacramental es el paso que realiza la persona humana de la situación no-cristiano a miembro de pleno derecho de la Iglesia; la primera participación sacramental en la muerte y resurrección de Cristo; el proceso catequético-sacramental mediante el cual la Iglesia, movida por el Espíritu Santo, da a luz nuevos hijos de Dios.
3.-Estructura interna de todo proceso de iniciación visto en la vida cristiana:
Si estudiamos de cerca toso proceso de iniciación encontramos la presencia de cuatro elementos:
• Un misterio, es decir, una realidad con algún tipo de trascendencia al que no se accede con los solos sentidos.
• Una simbología, un cuerpo de símbolos que hacen de puente, de acercamiento entre el misterio y el ser humano; los símbolos serán institucionalizados, aceptados y reconocidos.
• Una comunidad de iniciados que actúa desde su situación a favor de los que quieren pertenecer a la comunidad; este comunidad desarrolla la simbología institucional y se caracteriza precisamente por ella
• Sujeto de la iniciación que debe ser capaz de entrar en el misterio, aceptar sus consecuencias y las obligaciones de su pertenencia a una comunidad

miércoles, 5 de enero de 2011

YA VIENEN LOS REYES

Para aquellos reyes carentes de imaginación a la hora de atinar en sus regalos, les propongo estos obsequios interesantes:
Buena literatura, que aún la hay. Mi madre, siendo niño, puso en mis manos relatos cortos de Ana María Matute que me envolvían y me abrían nuevos horizontes. Ahora han sido todos editados en un mismo tomo denominado como "La puerta de la luna", aunque, como la premio Cervantes dice, su obra maestra es "Olvidado rey Gudú". Ambas obras, como todas las que ella ha escrito, son muy, muy recomendables, por su calidad literaria y por los valores cristianos que siempre aletean.

Película. La RAI va haciendo preciosas dramatizaciones de la vida de los papas del siglo XX. Hizo la del Beato Juan XXIII y ahora ha sacado en formato DVD la de Juan Pablo I. Los devotos y conocedores del Siervo de Dios verán grandes lagunas en este miniserie, pero para aquellos que no conozcan nada de "la sonrisa de Dios" es un buen comienzo para adentrarse en la vida de este Papa humilde que a muchos nos ha hecho mucho bien y que nos ayudó a descubrir nuestro sacerdocio y que le tenemos como modelo.

Música. Esto está más difícil aún. Hay una gran sequía musical de calidad. De las de usar y tirar, muchas. Entre las primeras está este trabajo de Sergio Dalma en el que canta en español las canciones italianas que todos hemos tarareado o cantando desde la adolescencia. Y con la voz de este cantante cogen más quilates aún.

Libro religioso. Pero el regalo estrella que los reyes se han de hacer o hacer a otros es este delicioso libro que recoge una entrevista con Benedicto XVI, en el que aborda con sencillez temas profundos.

sábado, 1 de enero de 2011

UN AÑO MÁS, UN AÑO MENOS

Los mejores deseos para este incipiente año. Con ABBA los sentimientos para este año suenan mejor.