sábado, 29 de diciembre de 2012

MI REGALO DE NAVIDAD

Días de regalos. El mayor se nos ha hecho ya. Y todos queremos repetir el gesto del Padre Eterno al danos su Verbo, al obsequiar a los demás con algún detalle que transparente amor y delicadeza. Aquí está el mío.

viernes, 28 de diciembre de 2012

AÑO DE LA FE (II)


I. Estamos comenzando este año de la fe. Oímos decir alegremente que “no se tiene fe”, pero equivocadamente, porque hay una fe humana que usamos todos los días: por esta fe humana creemos, por ejemplo, que Colón descubrió América en 1492 y ninguno de nuestra generación estuvo allí (que yo sepa, no se); o repetimos sin haberlo visto la fórmula molecular del agua; qué forma tiene la península ibérica aunque ninguno haya subido a un satélite artificial para verlo y nos fiamos de las fotografías que bien podían estar trucadas; y así tantas cosas. Incluso a nivel más personal afirmamos rotundamente que nuestros padres y hermanos son los que decimos que son… La fe, por tanto, no es algo antinatural en el ser humano, sino que es un hecho plenamente humano al fiarnos de lo que otros dicen de un tema que nosotros desconocemos totalmente. Nos fiamos de los historiadores, de los científicos y de otros muchos, desarrollando así nuestra “fe humana”. Y nos fiamos por la autoridad que tienen esas personas a las que consideramos dignas de todo crédito.

II. Si lo hacemos así al nivel humano, de la misma forma podemos desarrollar nuestra fe sobrenatural. Es verdad que este don se nos fue regalado en el momento del bautismo, pero también tiene sus raíces en la fe humana. Nuestra fe se fundamenta en las enseñanzas de los apóstoles, por eso decimos que nuestra Iglesia es “Apostólica”. Éstos vieron a Jesucristo: compartieron con Él esos 3 años que denominamos de “vida pública”. Vieron sus milagros, oyeron sus predicaciones y los recuerdos de la Virgen. Le vieron ir dando pasos para fundar la Iglesia, instituyendo gradualmente los sacramentos que la hacen. Y le vieron entregar su vida en la cruz, le enterraron, y le vieron vivo resucitado, comiendo con Él… De esa experiencia vital personal y empujados por la acción del Espíritu Santo fueron capaces de predicar la buena nueva de Jesucristo, y de entregar su vida por esta causa. Pudieron librarse de sus violentas muertes si renunciaban a predicar a Jesucristo muerto y resucitado, pero ninguno lo hizo. ¿Hay acaso más testimonio de la verdad de estos primeros seguidores de Jesús que nos confirman que sus enseñanzas son verdaderas? Si nos cuesta dar la vida por la verdad, ¿quién es capaz de dar la vida por una mentira? La sangre de los apóstoles, derramada por la Verdad que es Jesucristo, nos garantiza que nuestra fe es la verdadera, que tiene sus raíces fuertemente asentadas en Jesucristo.

III. Acoger y aceptar esta fe en Jesucristo no sólo es un enriquecimiento personal, pues el ser humano siempre está hambriento de conocimientos de toda especie. Sino que esta fe supone un encuentro vital y personal con el Señor que nos transforma involucra la vida, la totalidad de nosotros mismos: sentimiento, corazón, inteligencia, voluntad, corporeidad, emociones, relaciones humanas. Con la fe cambia verdaderamente todo en nosotros y para nosotros, y se revela con claridad nuestro destino futuro, la verdad de nuestra vocación en la historia, el sentido de la vida, el gusto de ser peregrinos hacia la Patria celestial[1].

IV. A nuestra Señora de la Fe la imploramos que nos alcance del Señor una fe firme, inconmovible como una roca.

 



[1] Audiencia General  de Benedicto XVI del día 17 de octubre de 2012.

lunes, 24 de diciembre de 2012

AÑO DE LA FE (I)


I.- El pasado día 11 de octubre dio comienzo el “año de la fe” al que Benedicto XVI ha convocado a toda la Iglesia. Es verdad que toda nuestra vida como cristiano es una cadena de “años de la fe”, como de “años eucarísticos” o “años marianos”, pues en nuestro día a día alimentamos la fe en la Eucaristía de las manos de nuestra Señora.

Entonces, ¿por qué celebrar una “año de la fe”?

II.- Psicológicamente podemos decir que necesitamos ciertas novedades que nos motiven de nuevo, que nos incentiven para no vivir rutinariamente. Lo mismo ocurre en nuestra vida espiritual y más si cabe en este tiempo en el que si no estamos haciendo algo nuevo, caemos en una monotonía espiritual que nos parece estar siempre igual.

III.- Este año de la fe es para que caigamos en la cuenta del tesoro vital que es tener o no fe. Que no da igual tenerla como que no. Que esta fe ha sido un regalo que un día el Señor nos regaló el día de nuestro propio bautismo, junto con la esperanza y la caridad. Y este regalo ha de ser mimado por el que lo ha recibido:

ü  Una fe que comienza por el oído, como dice en apóstol san Pablo, ha de seguir

alimentándola gracias a oir las oraciones de la Liturgia, a oir las predicaciones, al oir la misma música litúrgica.

ü  Una fe que ha de ser alimentada con el estudio de esta fe. En su carta apostólica

“Porta Fidei” el Papa nos vuelve a presentar al Catecismo de la Iglesia Católica como uno de los frutos más importantes del Concilio Vaticano II [1]. Seguramente todos le tenemos en nuestras estanterías. Este año es un buen tiempo para que diariamente le estudiemos un poco, especialmente su sección segunda en la que explica el “credo”. ¿Qué excusa vamos a poner de nuevo para no hacerlo? Nuestra fe no ha de ser la “fe del carbonero” de otro tiempo, sino una fe ilustrada que la conozca para poder dar razón de lo que creemos.

ü  Hay un refresco que tiene una Slogan: que te da alas. Y en el anuncio

publicitario el que lo bebe le salen unas alitas y se ve por ahí volando. Seguramente todos atestiguamos que tomándola seguimos tal cual. La fe es la que realmente nos da alas: nos hace comprender de dónde venimos, qué sentido tiene nuestro vivir y qué futuro eterno nos espera si somos constantes en el amor a Cristo.

ü  La fe, como iremos viendo durante el año, se fortaleza entregándola a los demás

por medio de nuestros apostolados. Por eso, este año ha de ser especialmente apostólico entre nosotros, realizando más esos trabajos heróicos de los que habla el Manual, sabiendo que así nuestra fe personal será incrementándose.

ü  Añadamos el rezo del credo diariamente a nuestras devociones diarias, “algo

sobre lo que tenéis que pensar cuando estáis en la calle y que no debéis olvidar ni cuando coméis, de forma que, cuando dormís corporalmente, vigiléis con el corazón”[2].

         A nuestra Señora hemos de encomendar las acciones de este año de la fe que estamos comenzando, para que así su Hijo sea más conocido por todos.
 
ALLOCUTIO DEL MES DE OCTUBRE DEL COMITIUM DE TOLEDO



[1] Porta Fidei ,11
[2] Porta Fidei 9, citando a san Agustín.

domingo, 23 de diciembre de 2012

I FESTIVAL DE CATEQUESIS

Cuesta salir de la rutina... pero lo vamos consiguiendo paso a paso. El pasado 16 de diciembre celebramos el I Festival de Catequesis, con las actuaciones de cada grupo de catequesis de confirmación y del grupo de los catequistas, con convite incluído. De esta manera queremos ir acercando la parroquia a todos los feligreses de la misma.
 
 

sábado, 22 de diciembre de 2012

FELICES PASCUAS

 
Qué más quisiera ser ese monaguillo del belén de mi casa: que alumbra al Dios, pero que se queda embobado al mirar a Nuestra Señora. ¡Feliz Navidad!