Estamos comenzando el mes de octubre, que tradicionalmente se he dado a dedicar a intensificar el rezo del Santo Rosario. León XIII escribía anualmente en el mes de octubre una carta encíclica llamando a su rezo lo que hizo que hubiera una fuerte corriente devocional del Rosario que impregnara a varias generaciones. Ya más recientemente el Concilio Vaticano II ha llamado al pueblo de Dios al rezo de este bellísima oración que, sin embargo, se ha ido olvidando al verla como algo ya superado y de otra época. Juan Pablo II también escribió una preciosísima carta instando a recuperar esta devoción dándola la importancia que tiene, pues ha sido la misma Madre del Cielo la que ha pedido que se rece. Nosostros hemos de hacerlo más y mejor, no caer en el costumbrismo. Es una bella devoción que hemos de extender sin rubor ni vergüenza. Busquemos los medios que podamos usar para este hermoso fin.
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