I.- Cuando decimos
coloquialmente que alguien tiene un “corazón
de oro”, o de piedra, o que le tiene tan grande que no le cabe en el
pecho, no nos referimos al corazón órgano que hace que la sangre llegue a
todos los rincones de nuestro organismo, porque de ser así esas personas no
podrían vivir con esa clase de corazón. Cuando decimos estas expresiones
queremos decir que esa persona tiene grandes sentimientos, o al contrario que
no es sensible ante los sufrimientos ajenos. Diríamos que con estas expresiones
hablamos de la quintaesencia de una
persona, de su núcleo más íntimo.
Bíblicamente
sucede lo mismo. Cuando así hablamos del Corazón de la Virgen hablamos de la
persona misma de nuestra Señora, de su ser íntimo y único; el centro y la
fuente de su vida interior; del entendimiento, de la memoria, de la voluntad y
del amor; la actitud indivisa con la que amó a Dios y se entregó intensamente a
la obra de salvación de su Hijo.
II.- ¿Cómo es el
Corazón de la Virgen?
ü
Está
lleno de fe y de amor, como lo vemos en el diálogo con el arcángel san Gabriel,
al recibir al Verbo de Dios, convirtiéndose así en el primer santuario del
Espíritu Santo.
ü Le llamamos Inmaculado al no
tener mancha de pecado, libre de toda la esclavitud del pecado.
ü Es sabio, porque comparando las
profecías antiguas con los hechos, conservaba en él el recuerdo de las palabras
y de las cosas relacionadas con el misterio de la salvación. Sabiduría que
adquirió al someterse a los preceptos del señor.
ü Es un corazón nuevo pues fue
revestido de la novedad de la gracia merecida por Cristo, tan distinto al
corazón orgulloso de Eva, la primera mujer.
ü Es un corazón humilde a imitación
del Corazón de Cristo. Así lo vemos como lo canta ella en su Magníficat.
ü Es un corazón sencillo, libre de
toda clase de duplicidad e impregnado todo él del Espíritu del Señor.
ü Es un corazón limpio, capaz de
ver a Dios, como dicen las bienaventuranzas,
visualizando las cosas tal como son, sin contaminaciones.
ü Es un corazón firme aceptando la
voluntad de Dios en todo momento, cuando se desató la persecución contra el
Hijo o cuando llego el momento de la crucifixión del Señor. Nada ni nadie la
separó de Jesucristo, ni la persecución, ni penas.
ü Es un corazón esperanzado y
dispuesto; mientras que Cristo estaba en el sepulcro estuvo en vela esperando
su resurrección. Es la mujer que cree contra toda lógica y esperanza humana.
ü Es un corazón pobre; pobre cosas,
sin apegos a lo que pudiera poseer. Libre por tanto y rico en Dios.
ü
Es
un corazón misericordioso que intercede ante su hijo al ver los apuros de esos
novios en Caná.
III.- Con razón
nuestra Señora, cuando se apareció en Fátima descubre el misterio de su
Inmaculado Corazón: lleno de amor misericordioso y tierno, lleno del fuego del
amor, lleno de ternura y clemencia, también dolorido al ver como su Hijo es
olvidado y despreciado. Como dijo a Lucía, en su Corazón Inmaculado encontramos
refugio, seguridad y consuelo, bálsamo para las heridas, puerto de salvación,
estrella en medio de la tormenta.
En su Corazón los
legionarios ponemos nuestra esperanza, sabiendo que nunca nos dejará lejos ,
sino que sentiremos su cercanía.
ALLOCUTIO DEL MES DE JUNIO EN EL COMITIUM DE TOLEDO