Ya sabemos, por la historia de la salvación que llega hasta nuestos días, que Dios ha ido eligiendo mediaciones, esto es, canales por lo que hace sentir su presencia y salvación, aunque lo podría haber hecho de otro forma distinta, pero de esta forma ha querido que ejercitemos la fe, una de esas lámparas que hemos de tener encendida a la llegada del Esposo, de Jesús.
¿Qué hubiera pasado si Abrahám, nuestro padre en la fe, se hubiera burlado de la llamada en su ancianidad que le hizo Dios para que saliera de Ur de los Caldeos para ser padre de un pueblo numeroso y adorador del Único Dios Creador? ¿Qué hubiera ocurrido si Moisés en el monte Sinaí no se hubiera acercado a la zarza ardiente y hubiera dicho "no" a la petición de que fuera instrumento de Dios para ser el liberador de Israel en Egipto? Israel hubiera seguido siendo esclavo hasta nuestros días. ¿Qué hubiera sido si Jonás se hubiera resistido a la misión que Dios le había encomendado y no hubiera predicado la conversión en la ciudad de Nínive? ¿Qué hubiera ocurrido si nuestra Señora, buena conocedora de la Escritura Sagrada, hubiera dicho "no" al Mensajero Divino por las complicaciones que le iba a ocasionar? Andaríamos aún más despistados aún por la vida, sin rumbo , sin futuro cierto, sin esperanza, sin camino. ¿Qué hubiera pasado si nungún paisano de Jesús hubiera seguido su invitación a seguirle?La Iglesia como tal no sería su presencia en la historia y su salvación. ¿Qué hubiera pasado si Santiago se hubiera quedado tan tranquilo en Jerusalén sin venir a España a predicar el evangelio? Seguiríamos ofreciendo sacrificios humanos como lo hacian los pobladores de Hispania y estariamos aún adorando las fuerzas naturales como si fueran dioses. ¿Qué hubiera sido, si nuestro Fundador no hubiera sido ese cauce para fundar nuestra legión, o sin que Edel Quinn no hubiera marchado a África, o Alfonso Lambe a Hispanoamérica, o Pacita Ramos a España?
Como bien vemos, todo hubiera cambiado radicalmente. Nos sabemos por qué nuestro Señor ha querido elegir a fragiles seres humanos para ser sus instrumentos. Bueno...mejor sí. San Pablo nos recuerda, fijándose en sí mismo, en su propia experiecnia, que Dios ha elegido lo que este mundo no aprecia, textualmente dice "la basura", para que se vea claramente que la obra no es obra humana sino que es obra de Dios.
Me imagino, que como los oficiales del comitium, los miembros de la Asamblea estamos tristes porque no ha habido una respuesta generosa para cubrir el cargo vacante. Las argumentaciones de indignidad o de poca preparación no han de frenar el decir un sí como el de nuestra Madre a la que queremos imitar, porque el Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. Hemos de ver, por tanto, la necesidad de las mediaciones que Dios ha querido utilizar y por extensión las de la Virgen con su Legión. Ójala que en el tiempo que tenemos hasta la próxima Asamblea seamos al menos tierra buena para dejarnos moldear sabedores que aunque nadie de nosotros somos ni dignos ni somos los más santos ni preparados, la Virgen hará en nosotros obras grandes y donde no podamos ni lleguemos Ella lo hará en nosotros.
Allocutio en el Comitium Nuestra Señora del Sagrario de Toledo
29 de septiembre de 2.010
No hay comentarios:
Publicar un comentario