domingo, 28 de agosto de 2011

RESTAURACIÓN


 I.- Hace ya algunos años fueron restauradas las pinturas de Miguel Angel de la Capilla Sixtina. Y cuando los restauradores acabaron su trabajo las pinturas oscuras por el paso del tiempo, por el humo de las velas y del incienso, dieron paso a unas pinturas llenas de colorido. También ha ocurrido con las pinturas de “El Greco” que parecían tan oscuras en la sacristía de la Catedral y que se verán más limpias y hermosas. Hace años también fue restaurada la preciosa imagen de la Virgen del Sagrario y cuando fue devuelta, su rostro no era tan moreno como cantan las coplas toledanas, porque el barniz con el paso del tiempo fue oscureciendo su rostro, como el humo de las velas, como otras restauraciones que se hicieron mal. La restauración bien hecha devuelve a las obras de arte su esplendor original, quitando las adherencias que el paso del tiempo las afea.

II.- En nosotros nos pasa lo mismo. Somos obras de arte hechas por el mismo Creador que nos hizo a su imagen y semejanza: se miró a Sí mismo y plasmó en nosotros su ser. Sin embargo, como en las otras obras de arte, también nos vamos deteriorando. El pecado ha ido oscureciendo la semejanza divina y necesitamos una seria “restauración”. El mismo Señor nos lo dijo: El que no se niega a sí mismo no puede ser discípulo mío. Ese negarse supone restaurar el ser profundo humano, muriendo a los desórdenes propios que con el paso del tiempo vamos adquiriendo por los pecados capitales. Si la ira va haciendo mella en ti has de ir muriendo a tus prontos y ser manso y humilde de corazón… y así en los demás.

III.- En este proceso de “restauración” la Legión de María nos ayuda extraordinariamente. Morimos a nuestro amor propio cuando no nos quejamos del trabajo que el presidente nos ha puesto; a la pereza cuando salimos de nuestra comodidad y vamos a las juntas o a las labores apostólicas; nuestra comodidad desbocada es superada cuando aceptamos el cargo que se me ha propuesto; nuestra soberbia va superándose cuando dialogamos en las juntas o fuera de ellas con los hermanos legionarios sin deseos de imponer los propios criterios…y así vivir en humildad.

IV.- No estamos solos en este proceso. Si fuera así sería imposible volver a la belleza original. La Virgen Santísima, medianera de todas las gracias, hará posible que no nos cansemos en nuestra restauración, sino que vayamos alegres en este camino que nos llevará al cielo.

Allocutio del mes de agosto del Comitium Nuestra Señora del Sagrario de Toledo

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