domingo, 18 de diciembre de 2011

SAN JUAN BAUTISTA; PRIMER LEGIONARIO


Ya sabéis que el tiempo litúrgico del Adviento tiene 4 etapas, una por cada semana de las que se compone. La primera semana está dominada por la figura del profeta Isaías que anuncia a Israel su liberación y la llegada del Mesías. La segunda y tercera semana está protagonizada por san Juan Bautista, la voz que clama en el desierto “preparad el camino al Señor” y quien no se siente digno de desatar las sandalias del Mesías. La cuarta semana que estamos empezando está iluminada por la Inmaculada, la Virgen que está esperando la llegada de su Divino Niño, que se convierte en la que nos enseña cómo esperar, amar y esperar.
El Manual llama a san Juan Bautista “el primer legionario”. ¿Por qué? El señaló a Jesucristo como el “cordero de Dios que quita el pecado de mundo” en medio del desierto, y no se sentía digno de esta misión. El legionario de María es aquél que señala a Jesús como “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero” y a veces lo hace como “predicando en el desierto” sin conseguir frutos palpables ni evidentes sintiéndose indigno de señalar al Señor. El pide que para facilitar su llegada se ha de preparar el camino al Señor, enderezar sus caminos. También el legionario señala a Jesús como Mesías y Señor indicando que para acogerle dignamente es necesario enderezar lo torcido, bajar los valles encrespados del alma que son los pecados y subir en las virtudes del evangelio. Es Juan el que es constante en su predicación a pesar de las consecuencias que pudiera tener, las incomprensiones, la cárcel o la misma muerte, El legionario de la misma manera ha de ser constante en sus apostolados, aunque el ambiente sea hostil, aunque no vea un fruto aparente. Solo la constancia hace posible que lo adverso un día se convierta en recompensa o en conquista. San Juan también tuvo que convertirse en sus predicaciones. Los profetas son iluminados por el Señor pero los distintos planos pueden no comprenderlos del todo. Vemos como san Juan predica que el Mesías viene con la vara de justiciero por lo que llama a la conversión. Y cuando oye hablar de Jesús que predica de la misericordia, que se acerca a los pecadores para ablandarlos, cuando oye de sus curaciones milagrosas, todo su mundo comienza a resquebrajarse. Por eso envía a sus seguidores que pregunten a Jesús: ¿eres tu el Mesías o tenemos que esperar a otro? Es verdad que el Señor el día de su retorno en majestad se presentará como este Juez, pero en este tiempo su misericordia se manifiesta en la paciencia que tiene con nosotros esperando que un día podamos cambiar de verdad. El Legionario, de la misma manera, a la vez que señala a Jesucristo ha de irse convirtiendo, cambiando sus criterios y mentalidad del mundo, en los del Señor, dejando atrás sus racionamientos a veces paganos, respirando y transpirando evangelio. San Juan no se predica a sí mismo, sino a Jesús. El Legionario ha de ser aquél que hable de Jesús y no se predique a sí mismo ocultándole por su personalidad: sólo de Jesús pues “conviene que Él crezca y yo mengüe”. Que tengamos por tanto al Bautista como ejemplo de apostolado bien hecho.

ALLOCUTIO DEL MES DE DICIEMBRE .COMITIUM NUESTRA SEÑORA DEL SAGRARIO.TOLEDO

No hay comentarios: