EpC

La semana pasada el Tribunal Supremo ha sentenciado que no es legal la objección de conciencia de cara a esta asignatura. Los medios afines al régimen, el mismo gobierno por boca de su presidente, han difundido la idea que esta asignatura es "una mas" y que gracias a ella los jóvenes van a crecer en virtud.

Ya estamos en lo de siempre: UN LENGUAJE CORROMPIDO. La virtud que el gobierno actual pretende, seguramente es muy distinto la concepción ética y religiosa de la misma.

El problema que hay es que hay una concepción muy distinta del hombre y sus derechos. Los socialistas, que ciertamente se han ido moderando económicamente, siguen teniendo la idea de que es el estado el que ha de educar a los niños, pues éste es el papá, de alguna forma, de todos. Hagrán cambiado en muchas cosas pero en esto no. Esta idea es propia de un estado totalitario como lo fue el franquismo, el nacismo o el bolchevique que sigue subsistiendo en el régimen de Castro. Ellos saben que así, las nuevas generaciones pueden ser adoctrinadas, manipulando conciencias, marcando nuevos estilos. No saben, que la familia, los padres concretamente, son anteriores al papá estado. Que ellos los han engendrado y tiene el derecho y el deber de educar a sus hijos según sus valores, y que el estado lo único que ha de hacer es favorecer que los padres transmitan sus valores a sus hijos, también en la escuela.

La Iglesia católica no puede apoyar unas enseñanzas morales por parte del estado, ni aunque fueran coincidentes.

Que los chicos conozcan la constitución española de 1978 es necesario, al igual que conozcan las instituciones actuales que emanan de ella. Es necesario que tengan una educación vial para que sepan cómo actuar en la carretera; necesario que tengan una educación cívica para una convivencia pacífica y ordenada. Lo que no se si es necesario que haya una asignatura propia que lo trate y no se trate en las otras asignaturas ya establecidas para evitar nuevas materias para los chicos.

Con los contenidos de la EpC actual no se va a hacer jóvenes virtuosos. Ójala ,y con ese espíritu democrático del que tanto se habla, se pueda llegar al menos a un acuerdo de contenidos que no vulneren el derecho de los padres a educar en los valores que quieran.