Estamos ya en los umbrales de Pentecostés, día en el que vamos a revivir la llegada del Espíritu Santo que imploraban los apóstoles junto con la Virgen. Como Ella hemos de pedirle con humildad y recibirle con docilidad para que sea El quien mueva nuestra vida y no nuestros afectos y sentimientos volátiles de cada momento.
Qué mejor oración que la llamada "secuencia de Pentecostés" para pedir su envío, su llegada. El confesor de Santa Teresa de Jesús la puso un día de "penitencia" rezar el "Veni Creator", regustando sus palabras. Y ese torbellino divino la arrebató. Hagamos esta plegaria y dejémonos llevar....
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