domingo, 4 de julio de 2010

ORA ET LABORA



El padre del monaquismo occidental fue san Benito, que en un comienzo vivió solo a principio del siglo VI. Su figura, su forma de vida, fue tan atractivo que muy pronto se le fueron añadiendo un grupo considerable de hombres que deseaban vivir como él vivía, aunque se resistió en principio. Para organizar la vida comunitaria tuvo que hacer unas normas de vida que se llaman regla y que muy pronto fueron asumidas por muchos otros monasterios. Su regla se puede resumir en tres palabras: ORA ET LABORA, que quiere decir, reza y trabaja. No una cosa sin la otra, no quedarse solo rezando o solo trabajando, sino las dos cosas, rezando y trabajando. El horario de la vida en los monasterios así está regulado: tiempo de oración ya sea personal ya sea litúrgica, y tiempo de trabajo manual o intelectual.
Aunque la Legión de María es un movimiento de seglares y para seglares, sin embargo nuestro Manual está también impregnado por el espíritu del “ora et labora”. Las ordenanzas fijas nos hablan de la realización de una labor apostólica de evangelización semanal y de la obligación diaria del rezo de la catena, de la oración que compuso la Virgen. Y las páginas de nuestro Manual nos hablan de unir la oración al trabajo apostólico, que la oración es el alma del trabajo legionario. O se nos habla de le Eucaristía nuestro tesoro para que vaya creciendo en nosotros el fervor y así recibirla frecuentemente con el estilo espiritual de la Virgen. Y se nos habla de cómo ha de ser nuestra devoción a la Madre de la Divina Gracia para que así nuestro amor a la Virgen esté encauzado rectamente y nos mueva a la imitación de sus virtudes y al apostolado y en la oración del santo Rosario. En definitiva: La Legión de María pretende que todos sus miembros vayan creciendo en vivencia espiritual, pues tiene conciencia que solo puede transmitir a Jesucristo de la mano de María, si se va llegando poco a poco con la gracia que se nos da en la oración personal y litúrgica y en nuestros apostolados pues sabe que la fe se robustece dándola, no escondiéndola para sí mismo.
La Legión nos anima mucho a que demos un paso más y nos hagamos pretorianos. No rompo el secreto legionario si nos digo que cuando nos propusimos realizar el año pasado el congreso legionario y buscamos los temas de las ponencias, enseguida pensamos los oficiales en el estudio de la liturgia de las horas de su sentido, para que de esta forma muchos de los legionarios se comprometieran a ser pretorianos. Para animaros a hacerlo podría decir que se tarda poco las laudes o vísperas….Pero después de haber estudiado las ponencias del congreso ya sabéis que con las Ludes la Iglesia entera alaba al Padre por la Resurrección de Jesucristo, y por la tarde en las vísperas, al acabar el día le damos gracias por día transcurrido y le pedimos perdón por aquellos errores que hayamos hecho. Los salmos, inspirados por el Espíritu Santo a David y Salomón, es la forma con la que Dios mismo quiere ser alabado y glorificado. ¡Cuántas veces Jesús oraría con los salmos en esas noches que pasaba en vela!,¡cuántas veces lo haría la Virgen! Recorrer con la mirada los salmos es recorrer con emoción las mismas líneas por las que pasamos los ojos de Jesús y los de María! No cabe la menor duda que la vida espiritual del legionario repercute en el grupo en que desarrolla su apostolado y cómo no es su propia persona. Por eso, en este periodo en que la Legión sigue con sus apostolados aunque a un ritmo menor, podríamos plantearnos la posibilidad de comenzar en septiembre siendo pretorianos y así poder ser mejores apóstoles del Señor en manos de la Santísima Virgen.
Allocutio del mes de julio de 2.010
comitium Nueestra Señora de Sagrario

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