miércoles, 22 de octubre de 2008

BENEDICTO XVI Y EL ROSARIO


El Rosario en veintidós frases del Papa en su visita al santuario nacional del Rosario en Pompeya (Italia)

1.- El Rosario es “arma” espiritual en la lucha contra el mal, contra toda violencia, por la paz en los corazones, en las familias, en la sociedad y en el mundo.

2.- También mediante el Rosario, contemplamos en María a Aquella que ha acogido en sí el Verbo de Dios y lo ha dado al mundo,

El Rosario es un don de María para llevarnos a Jesús

3.- El Rosario debe ser acogido como un verdadero don del corazón de la Virgen.

4.-El Rosario es vínculo espiritual con María para permanecer unidos a Jesús, para conformarse a Él asimilar sus sentimientos y comportarse como Él se ha comportado.

5.- El Rosario, esta popular oración mariana, es un medio espiritual precioso para crecer en la intimidad con Jesús, y para aprender, en la escuela de la Virgen Santa, a cumplir siempre su divina voluntad.

6.- Para ser apóstoles del Rosario es necesario tener experiencia en primera persona de la belleza y profundidad de esta oración, sencilla y accesible a todos.

El Rosario es oración contemplativa

7.- El Rosario es oración contemplativa accesible a todos: grandes y pequeños, laicos y clérigos, cultos y poco instruidos.

8.- El Rosario es contemplación de los misterios de Cristo en unión espiritual con María, como subrayaba el siervo de Dios Pablo VI en la exhortación apostólica Marialis cultus (n. 46), y como después mi venerado predecesor Juan Pablo II ilustró ampliamente en la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae.

9.- Rezando el Rosario, es necesario ante todo dejarse conducir de la mano de la Virgen María a contemplar el rostro de Cristo: rostro alegre, luminoso, doloroso y glorioso.

10.- Quien, como María y junto a Ella, custodia y medita asiduamente los misterios de Jesús, asimila cada vez más sus sentimientos, se conforma a Él.

11.-: “Como dos amigos -escribe el beato Bartolo Longo-, que se tratan a menudo, suelen conformarse también en las costumbres, así nosotros, conversando familiarmente con Jesús y la Virgen, al meditar los Misterios del Rosario, y formando juntos una misma vida con la Comunión, podemos llegar a ser, en cuanto sea capaz nuestra bajeza, parecidos a ellos, y aprender de estos grandes ejemplos a vivir humilde, pobre, paciente y perfecto”.

El Rosario es oración del silencio en el que Dios habla

12.- El Rosario es escuela de contemplación y de silencio. A primera vista, podría parecer una oración que acumula palabras, y por tanto difícilmente conciliable con el silencio que se recomienda justamente para la meditación y la contemplación.

13.- En realidad, esta cadenciosa repetición del Ave Maria no turba el silencio interior, sino que lo busca y alimenta.

14.- En el Rosario, de la misma forma que sucede con los Salmos cuando se reza la Liturgia de las Horas, el silencio aflora a través de las palabras y las frases, no como un vacío, sino como una presencia de sentido último que trasciende las mismas palabras y junto a ellas habla al corazón.

15.- El Rosario también cuando es rezado, como hoy, por grandes asambleas y como hacéis cada día en este Santuario, es necesario que se perciba el Rosario como oración contemplativa, y esto no puede suceder si falta un clima de silencio interior.

El Rosario es meditación bíblica

16.- Si la contemplación cristiana no puede prescindir de la Palabra de Dios, también el Rosario, para ser oración contemplativa, debe siempre emerger del silencio del corazón como respuesta a la Palabra, sobre el modelo de la oración de María.

17.- El Rosario está todo entretejido de elementos sacados de la Sagrada Escritura. Hay ante todo la enunciación del misterio, hecha preferiblemente, como hoy, con palabras tomadas de la Biblia.

18.- Sigue el Padrenuestro: al imprimir a la oración un movimiento “vertical”, abre el alma de quien recita el Rosario en una justa actitud filial.

19.- La primera parte del Avemaría, tomada también del Evangelio, nos hace cada vez volver a escuchar las palabras con que Dios se ha dirigido a la Virgen a través del Ángel, y las bendiciones de la prima Isabel.

20.- La segunda parte del Avemaría resuena como la respuesta de los hijos que, dirigiéndose suplicantes a la Madre, no hacen otra cosa que expresar su propia adhesión al diseño salvífico revelado por Dios.

21.- Así el pensamiento de quien reza el Rosario está siempre anclado en la Escritura y en los misterios que en ella se presentan.


El Rosario es instrumento de apostolado y de caridad

22.- El Rosario conlleva la dimensión apostólica-misionera y caritativa. Ambas finalidades, el apostolado de la caridad y la oración por la paz, deseo confirmar y confiar nuevamente a vuestro compromiso espiritual y pastoral.

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