domingo, 26 de octubre de 2008

LOS PULMONES


Ya sabemos que tenemos dos pulmones, no por casualidad, sino para poder respirar bien. Cuando alguien carece de alguno de los dos se fatiga más, se le hace más complicada la vida.

En la vida cristiana sucede algo parecido. Hemos de tener dos pulmones para poder desarrollarnos oportunamente. Un pulmón es : Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón con todo tu alma con todo tu ser. Y el otro es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. Se ha de respirar con los dos, si no queremos que nuestra vida sea fatigosa y difícil. Cuando uno sólo fomenta el amor al prójimo cristalizándolo en obras de caridad, pero descuida el amor a Dios, su obra queda infructuosa:aunque me dejara quemar vivo, aunque repartiera la mitad de mis bienes sin amor a Dios, no serviría de nada. Y al revés: cuando decimos amar a Dios con todo el corazón pero no cuidamos el trato delicado con el prójimo, también hacemos nuestra vida cristiana incompleta. De echo el mismo apóstol San Juan llega a decir: quien dice amar a Dios al que no ve y no ama a su prójimo al que ve, es un mentiroso.

Respiremos a pleno pulmón, con los dos pulmones, para que escalemos bien, para que llequemos a altas cotas de vida cristiana.

No hay comentarios: