martes, 28 de octubre de 2008

SILENCIO ELOCUENTE, LUZ EN LA OSCURIDAD


El 25 de julio de 1968 Pablo VI publicó la que sería su última Carta Encíclica "Humanae Vitae".Fue tanta la contestación que tuvo, que el Papa no escribió ninguna otra esperando que el tiempo le diera la razón.

Así ha ocurrido. Los medios artificiales de regulación de la natalidad han llevado a que las mujeres sufran nuevas alteraciones psicológicas (que se esconden), que se hallan bestializado al verse como solo objetos de placer y que el acto sexual se haya vanalizado hasta tal punto que no se vea como expresión de amor sino sólo como una búsqueda de placer inmediato, sin hablar de las enfermedades venéreas que han proliferado escandalosamente.

Así ocurrirá con todo lo que se critica a la Iglesia en relación con las uniones homosexuales, con la "producción" de niños medicamentos, de la reproducción asistida que tantos niños mata, de la eutanasia o suicicio asistido. La naturaleza que Dios ha creado con su leyes se revelará haciéndonos ver que no es casual su orden sino que obedece al bien del ser humano.

La Iglesia, entonces, brillará como maestra de humanidad sin sombra alguna, descubriéndose la que ha sido su vocación: ser luz del mundo.

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