miércoles, 7 de octubre de 2009

EL ROSARIO


Es curioso o diabólico.

El Concilio Vaticano II en el capítulo VIII de la constitución Lumen Gentium dedicado a la santísima Virgen María recomienda vivamente la devoción a la Madre de Dios fundamentado en la Sagrada Escritura y en las enseñanzas de los Padres de la Iglesia, deseando su renovación e intensificación en los fieles, concretada en los actos piadosos tradicionales entre los que destaca el rezo devoto del Santo Rosario. El gran Pablo VI en su encíclica mariana poco conocida "Signum Magnum" y posteriormente en la exhortación apostólica Marialis Cultus vuelve a insistir en el tema al ser una gran enamorado de la Virgen Santísima que le llevó a proclamar en el Concilio "Madre de la Iglesia".

Es curioso y/ o diabólico cómo en el postconcilio la devoción a la Santísima Virgen menguó dramaticamente en toda la Iglesia: las novenas a la Virgen se quitaron por ser ya "preconciliares" como ocurrió con el rezo del rosario en las mismas Iglesias en favor de...nada.

Juan Pablo II volvió a la carga con el rezo del rosario. Escribió incluso una bellísima carta apostolica sobre el Rosario a la que hay que volver repetidamente para saber vivir mejor el rezo de esta bellísima oración que no sayuda a meditar y contemplar la vida de Jesucristo de la mano de la Señora que pide insistentemente su rezo tanto en Lourdes como en Fátima.

Ójala que no hagamos los oídos sordos a estas llamadas de la Virgen, prototipo de la Iglesia, y del Papa. Es más necesario que nunca y este día de la Virgen del Rosario nos puede ayudar a refrescar nuestros sentimientos.

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