Ayer, día de la salud por antonomasia, tuvimos una cena fraterna el grupo de jóvenes de la parroquia. Aunque nos costó mucho esfuerzo a la hora de preparar las cosas, fue una noche agradable, con gente buena que vive la parroquia. Dios quiera que para los jóvenes les haya servido ver una Iglesia siempre cercana a ellos que sólo tiene una meta: que cada hombre tenga un encuentro personal con Jesucristo.
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