Nos hemos acostumbrado, por las películas yankis, a la figura navideña de santa Claus o papa Nöel, pero no sabemos la historia de este curioso personaje que ha ido secularizándose progresivamente, cuando su origen es católico, catolicísimo.
Este abuelito gracioso, es la evolución pagana de un santo, Nicolás obispo, del Asia Menor. De familia rica, pronto sintió una sensibilidad especial por paliar con sus bienes a los menos favorecidos. De noche, por las ventanas de las casas pobres, lanzaba sus monedas, para no ser visto y para evitar que se le alabase o humillar más aún a esos pobres. Un buen día tuvo la mala suerte de que sus donaciones llegaran hasta los calcetines y demás ropa que estaba en la chimenea cayendo dentro de ellos. De aquí, la tradición de poner los calcetines en las ventanas o en las chimeneas para que santa Claus deposite sus obsequios.
Diocleciano, emperador romano del siglo III, decretó una fortísima persecución a los cristianos. Nicolás fué apresado y torturado para hacerle apostatar, sin resultado alguno a pesar de que con aceite hirviendo le quemaran su cara juvenil. Cuando fue liberado por la admiración de los verdugos, Nicolás se dejó crecer la barba, para cubrir sus heridas y evitar la admiración de los cristianos por su heroísmo. Por eso, ese personaje navideño tiene unas barbas frondosas y canas.
Siendo ordenado obispo, Nicolás llevaba en sus visitas pastorales a las parroquias, dulces y juguetes para los niños.De ahí que papa Nöel en esta noche de 24 de diciembre reparta a los niños y no tan niños, distintos obsequios. La mitra se ha convertido en un gorro frigio, y sus vestidos son el resto de ese rojo martirial con el que celebramos la fiesta de los santos mártires. Algunos han dicho, que esta costumbre de san Nicolás fue llevaba a tierra yanki por los católicos irlandeses que pintaban al santo con su color nacional, el verde, y que después la marca Coca-cola se le cambió por rojo por el color de la bebida y de su logotipo.
El nombre de santa Claus proviene de la unión del nombre de san Nicolás en lengua nórdica y el de papa Nöel por la manía calvinista de no venerar a los santos, cambiando el nombre al santo por el de Nöel que significa Navidad.
El paganismo imaginario ha hecho el resto: su vivir en el polo norte, los elfos, el trineo mágico....convirtiendo a un personaje real en un mito infantil de usar y tirar.
Que San Nicolás nos alcance del Señor vivir siempre en el Señor, sin ceder ante nada ni nadie, siendo siempre causa de alegría allá donde estemos.
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