Meditación en la Vigilia de la Inmaculada de la ciudad de Toledo, en presencia del Señor Cardenal Don Antonio Cañizares.
- No es por casualidad. Allí estaba la Virgen, en esas horas tan oscuras, mientras que los amígos íntimos de Jesús le habían abandonado, menos el adolescente Juan. En ángel un día la llamó "llena de gracia", porque ésta había anidado en Ella desde que había sido engendrada. Gracia que Ella hizo crecer más y maás desde entonces siendo dócil a lo que Dios la iba pidiendo en el día a día. Pero fue capaz de estar ahora al pié de la cruz, pero no de cualquier manera. No solo sufría al ver a su Hijo único sufriendo tan encarnizadamente, como cualquier madre lo hiciera en su mismo trance. Ella "estaba de pie". El Evangelista utiliza una bella expresión que recuerda lo que hacían los sacerdotes judíos: ofrecer su oblación. Así estaba Ella, ofreciendo el fruto de su Inmaculado seno por ti y por mi, para reparar así las ofensas de toda la humanidad al Padre Eterno. Allí ella se convertirá en la Madre del nuevo Pueblo de Dios, de la Iglesia , cuando el Señor la entregó al discípulo amado y cuando brotó de su costado abierto sangre y agua. Pronto, muy pronto ejercerá Ella sus cuidados, siendo vínculo de comunión, congregando en torno suyo a la primera comunidad cristiana, implorando el don del Espíritu Santo y ayudándolos en profundizar en el mensaje de Jesucristo.
- Señor, Tu nos has dado a tu Madre, por Madre. ¡Menudo cambio ha notado Ella, al pasar de ser la Madre del tres veces santo a ser la mía, tan calamidad!. Nos la has dado para que sigamos su estilo de vida, para que como Ella seamos trabajadores dela comunión. Al igual que Ella nos congrega respetando delicadamente nuestras sensibilidades espirituales y nos lleva hacia ti, también todos nosotros hemos de querernos, amarnos, admirando el don espiritual que Dios le haya regalado al otro, pues sabemos que es para el bien de toda la comunidad cristiana. ¡Cuántas energías se han perdido a veces luchando contras sensibilidades que tu mismo has sembrado, en vez de agradecerlas y ciudarlas!. Al darnos a la "toda hermosa" por medianera de todas las gracias te lo agradacemos vivamente.¡Qué sería de nosotros sin Ella! ¡quién daría hondura espiritual a nuestro seguimiento de Cristo; quién me educaría para que trate mejor a su Hijo; quién me enseñaría que no basta con escuchar la Palabra sino cumplirla; quién me fortalecería en mi propio camino de la amargura como Ella lo hizo contigo; quién estaría al pie de mi cruz ayudándome a ofrecerme y completar así lo que falta a tu Pasión!.
- AMIGOS Y HERMANOS: Como el discípulo amado acojamos de verdad a la Santísima Virgen en nuestra vida; no sólo como punto de referencia sino como compañera que lo es en el seguimiento de Jesús. Que recurramos confiadamente a Ella, como lo hicieron aquellos novios en apuros en Caná. Como aquellas cometas que al coger una corriente de aire son elevadas a gran altura, así será nuestra vida espiritual cuando conozcaos y tratemos de verdad a María Inmaculada.
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