En el "possit" del 9 de agosto reflejaba los comentarios sobre una posible marcha de don Antonio a Roma para presidir el Dicasterio del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos. Después de muchos dimes y diretes, todo ha llegado a su término: ayer 9 de diciembre se hizo público su sombramiento como Prefecto.
La historia hará justicia a estos seis años como Arzobispo de Toledo porque la distancia hace ver con perspectiva de conjunto. Sin embargo, creo que ya podemos hacer un pequeño balance: un pontificado en el que se ha sembrado copiosamente y que se verán sus frutos. Podríamos ver las obras del seminario, la catedral, el archivo diocesano, las parroquias...Pero su altura intelectual y espiritual es la que quedará como recuerdo, sus actividades pastorales, que no desdice para nada de sus predecesores en la cátedra de san Ildefonso. Creo que hemos sido testigos de un pontificado del que se hablará mucho y del que veremos abundantes frutos durante mucho tiempo.
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