- una parte del aununcio del Angel, una alabanza del mismo Dios a su criatura más perfecta.
- la alabanza de su pariente Isabel, llena de Espíritu Santo.
- la plegaria de la misma Iglesia.
1.- Ayer veíamos la primera palabra que Dios, por medio de su Mansajero la dirige: ¡alégrate!. Y descubríamos que esa palabra esconde una especio de teofanía, un reconocimiento público que en esa Muchacha de Nazaret se concentraban todos los anhelos del pueblo de Israel, que Ella es la Hija de Sión.
2.- Hoy seguimos con esa alabanza de Dios a la que va ser su Madre: "Llena de gracia", que en griego es kecharitoméne. Fijáos que el Ángel no la llama por su nombre , digamos, de pila, sino que la denomina por una apodo, por algo que la califica totalmente "llena de gracia", textualmente "tu que has estado y seguirás estando llena del favor divino". Es un saludo novedoso, jamás oído con anterioridad.
A otras personas Jesús mismo los cambió el nombre: Simón por Pedro al ser llamado a ser piedra, roca en la Iglesia; o a los hermanos Santiago y Juan por boanerges, hijos del trueno, por su impetuosidad y ganas de ganar almas para Dios. En estos casos, lo que hace Jesús es reconocerles públicamente lo que son o lo que van a ser en la comunidad cristiana .Cuando, pues, el Mensajero Divino alaba a nuestra Señora, no por su nombre, sino llamándola "llena de gracia", ¿qué nos quiere decir?:
- Que la gracia en Ella, en el momento de la anunciación, estaba totalmente radicada en Ella. La gracia en Ella estaba totalmente anidada.
- Que esta gracia que tenía desde siempre la había transformado totalmente.
- Esta gracia había hecho que fuera especialmente sensible para las cosas de Dios. El Magnificat, el cántico que Ella compuso al visitar a su pariente Isabel nos descubre que, a pesar de los escaos 15 años, tenía un conocimiento profundo de la S.Escritura, pero un conocimiento que no era solo intelectual , sino un conocimiento vivido, pues coge de aquí y de allí textos bíblicos y los da un nuevo sentido. La gracia la había hecho capaz de ahondar en la Palabra, llegando a altísimas cotas de misticidad.
- Esta gracia fue la que hizo posible que brotase en su vida las ganas de ser toda de Dios, sin reservarse nada, de no querer compartir su corazón con nadie que no fuera Dios. Por eso es comprensible que Ella se consagrara al Señor en su tierna infancia -algo totalmente novedoso en su tierra donde las chicas veían la maternidad como la máxima bendición de Dios- y se sorprendiera que ese mismo Señor rompiese ess deseos virginales al perdirla ser Madre.
- Esta gracia fue la que hizo que Ella sea la humildad hecha carne, la que tiene esa delizadeza para provocar a su Hijo su primer milagro, la que tiene desarrollado un espíritu profético, como vemos en el Magnificat
- En definitiva, estar "colmada de gracia", rebosante de gracia por Dios es en previsión de esa maternidad, para que pudiera cumplir su misión propia: ser Madre virginal del Redentor.
- Así bien podemos decir, como siemre ha predicado la Iglesia que en el mismo momento de su nacimiento inmaculado, poseía más gracia que ángeles, santos que ha habido y habrá hasta la culminación deml mundo. Mas sin embargo, esta acción de la gracia encontró eco en Ella, pues lo que recibió lo multiplicó al ser dócil. Su Asunción fue, la culminación de esa desbordante gracia acumulada, pues es la que escuchó la Palabra y la cumplió.
3.-Por eso hoy la aclamamos diciendo:
Alégrate, tu que eres guía al eterno consejo.
Alegrate tu que eres prenda de arcano misterio.
Alégrate, tu que eres prenda de arcano misterio.
Alégrate tu que eres el milagro primero de Cristo.
Alégrate tu que eres el compendio de todos sus dogmas.
Alégrate tu que eres la celeste escalera que Dios ha bajado.
Alégrate tu que eres el puente que llevas los hombres al cielo.
Alégrate tu que eres el portento de los coros celestes.
Alégrate tu que eres el portento flagelo de los infiernos.
Alégrate tu que que rebosas de ciencia al más docto.
Alégrate tu que iluminas la mente al fiel.
¡Alégrate, Virgen y Madre!.
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