miércoles, 3 de diciembre de 2008

NOVENA DE LA INMACULADA (III)


TERCER DÍA

"El Señor está contigo"


0.-Ya estamos viendo cómo Dios alaba a la Virgen por boca de su mensajero. Y vemos que no hay mejor forma de hacerlo.

1.-Seguimos con los piropos que dirigimos a la Madre de Dios en el Ave María: ¡El Señor está contigo!. ESta expresión la encontramos con frecuencia en el Antiguo Testamento y siempre en relación con una misión difícil de cumplir que supera la capacidad del hombre contando solamente con su propias fuerzas. Fijáos en algunos momentos concretos:



  • Cuando Dios habla a Moisés desde la zarza ardiente, en el Sinaí, y le pide que sea el cauce de la liberación de Israel le dice: Tu tranquilo, el Señor está contigo. Era una misión dificilísima por poder llevar a término porque estaba bajo el poder del faraón con un gran ejército para evitar su marcha... Difícil también porque este pueblo -como se vería después en el desierto- es un pueblo de duro corazón, un pueblo rebelde...sin causa pues vieron tantos gestos de amor de Dios... Pore so el Señor le dice que se confíe, que va a estar siempre con él. Y así, aunque su labor para la que ha sido elegido es muy difícil le asegura siempre su apoyo para que pueda realizar todo.


  • Cuando Moisés muere, le sucede en su misión Josué. Cuando ha de atraversar el Jordán con todo el pueblo elegido y llegar así a la tierra prometida se vuelve a escuchar las mismas palabras que escuchó Moisés "El Señor está contigo". Iba a comenzar el proceso de asentamiento en una tierra ocupada por otros pueblos aparentemente superiores y el liderazgo de Josué iba a ser muy duro y discutido, imposible de ejercerlo con solo las fuerzas humanas. El Señor asi se compromete que siempre estará con él y podrá realizar su misión.


  • Cuando el ángel anuncia a Gedeón que tiene que liberar a su pueblo de manos de los medianitas, le saluda con estas palabras: El señor está contigo, valiente. Así, con este saludo se promete la ayuda y la asistencia de Dios para el cumplimeinto de esta misión particularmente complicada.

2.-A la luz de estas citas bíblicas podemos comprender mejor esta expresión: El Señor está contigo, que el arcángel la dirigió. Ciertamente la misión que Dios dió a Moisés era complicada, como la de Josué y Gedeón. ¿Es la maternidad para una mujer una misión tan difícil que superaba sus fuerzas naturales? Cada día innumerables mujeres dan a luz, pues pertenece a la vocación originaria de la mujer. Pero lo que una mujer no puede ciertamente hacer es dar a luz un hijo sin la intervención de varón, virginalmente. Ciertamente esto supera todas las posibilidades naturales. Como también superó su capacidad humana la huída a Egipto y proteger a su divino Hijo. Como supera toda capacidad humana comprender la voluntad de Dios en el silencio, en la vida oculta, cuando niño . adolescent y adulto trabaja con manos de hombre, pasando por un hombre cualquiera, esperando que se manifiestaba su divinidad.


No fue fácil su vida, su vocación, no la miremos a través de un cristal de color de rosa. Como no fue fácil cuando fue escuchando noticias de su Jesús, de comentarios equivocados, de exageraciones o tergiversaciones de sus palabras. ¡No fue realmente fácil!. Y no digamos cuando el Señor es abandonado por sus amigos más cercanos y allí está Ella, al piés de la cruz, y dada como madre al nuevo pueblo de Dios que brotó del Corazón abierto del Redentor. En la priemra comunidad cristiana es un punto de referencia, un vínculo de unión para todos los cristianos, ayudando a organizar, a orar, a profundizar en el mensaje de Jesucristo.


Por eso...¡El Señor está contigo!.Aunque su vocación y misión va a ser difícil el mensajero le asegura que aunque el horizonte pueda oscurecerse siempre el auxilio del Señor estará en Ella y podrá así realizar su vocación totalmente. Por eso hoy la alabamos diciendo:


Salve, oh tallo del verde Retoño;


Salve, oh rama del Fruto incorrupto.


Salve, al pío Arador tú cultivas;


Salve, tú plantas quien planta la vida.


Salve, oh campo fecundo - de gracias copiosas;


Salve, oh mesa repleta - de dones divinos.


Salve, un Prado germinas - de toda delicia;


Salve, al alma preparas - Asilo seguro.


Salve, incienso de grata plegaria;


Salve, ofrenda que el mundo concilia.


Salve, clemencia de Dios para el hombre;


Salve, del hombre con Dios confianza.


Salve, ¡Virgen y Esposa!

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