martes, 17 de marzo de 2009

HACE FALTA MÁS CENTRO Y MENOS EXTREMISMO


Os animo que leáis la carta del Papa a propósito de la decisión de levantar la pena de excomunión a los obispos que fueron ordenados ilícitamente por el Obispo Lefevre. En ella Benedicto XVI se queja, de alguna forma, que no se le haya comprendido, pues algunos han creído ver un apoyo a los postulados lefebrianos. Pero pone el dedo en la llaga. Algunos se han creído como los garantes del Vaticano II y se llenan su boca con él, pero ni le han leído, o le han interpretado fuera de la tradición viva de la que forma parte. Se creen del Vaticano II porque se han despojado de todo testimonio estético, pero siguen viviendo con la mentalidad caduca del mando y del pivilegio. Se creen progresistas porque en sus liturgias hay excesiva palabra, regusto en las propias palabras redondeadas para no herir a nadie y plegaria eucarística II proclamada de forma rauda, un protagonismo excesivo del ministro, elementos estéticos poco ciudados... Ese no es el verdadero Concilio como emana de sus documentos y en su liturgia.

Lamentablemente ha habido una ruptura, sin querer o queriendo, con el pasado, en vez de hacer una evolución paulatina. Este Papa está intentando, por lo que veo, hacer ver que el Concilio no rompe las formas pasadas, que con él no comienza una cosa nueva, sino que se sigue adelante.

Hace falta menos extremismo y más centrismo.

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