Hace unos meses el trazado de una carretera estuvo a punto de ser modificado al encontrarse unas heces de lince, que luego resultaron no ser de tales. Es que no podía pasar una carretera por allí porque podía romper el ecosistema del lince ibérico que está en vías de extinción... ¡Menuda se montó, por la presión de los "verdes"!.
Por eso, la campaña que ha iniciado la Conferencia Episcopal Española ante el proyecto de ley del aborto ha dolido tanto en los ámbitos mal llamados progresistas. En el cartel aparece un lince y un niño. Parece que por la vida del lince se ha de hacer todo lo habido por haber, mientras que la vida del niño no tiené ningín derecho, ni a la vida. La vida del lince hay que ciudar desde el mimso momento de su engrendramiento, mientras que la de la especia humana... Son las contradicciones de esta cultura de la muerte puestas al descubierto.
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