Ayer ví la interesante película alemana "La ola" basada en hechos reales. Su argumento es interesantísimo: a un profesor que en su juventud fue anárquista se le encomienda un seminario en su instituto sobre la autarquía. Para atraer a los jóvenes al tema va repitiendo entre sus alumnos los mismos elmentos de liderazgo, disciplina,... que tanto atrajeron en su tiempo en los años 40 a sus compatriotas. Lo que al principio era una especie de experimento se va desbordando: un uniforme, uno símbolo, una dependencia del líder, un sentimiento de dependencia hacia el grupo, una violencia hacia los que no son de él... De esta forma lo que parecía que no podía ocurrir, unos neonazis, vuelve a hacerse realidad. El final trágico de la película hace ver hasta donde puede llegar la falta de valores.
La película nos retrata la juventud alemana, pero que es un retrato de la sociedad europea al menos: una juventud sin valores profundos, un hastío de todo, un individualismo radical que solo busca su propio placer, una juventud que teniendo todo no tiene nada y que necesita nuevos valores que puedan dar sentido a la vida. Una juventud que no ha encontrado a Jesucristo, que no ha mirado "al que atravesaron", y que entonces busca sucedáneos de felicidad que algún líder le pueda ofrecer.
Esta película bien puede ser utilizada para un cineforum entre los mismos jóvenes para que les haga pensar, y no sean tan manipulados como lo son en la actualidad por los medios de comunicación o por los poderes políticos que les ofrecen "pan y circo".
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