viernes, 30 de mayo de 2008

El verdadero Corpus de Toledo


Por eso se adornan y se embellecen nuestras calles, con esa galanura incomparable que recrea y enamora, estos días tan únicos y singulares; por eso los caballeros de los distintos capítulos y hermandades se visten con esos trajes tan admirables; por eso fueron hechos y por eso se sacan una vez al año, estos días, esos tapices admirables de la catedral primada; por eso el entoldado del recorrido procesional como un ininterrumpido palio de honor al Señor; por eso nuestros queridos militares le rinden armas y custodian; por eso mismo esa custodia de Arfe, inigualable: porque pasa el Señor, porque se muestra al Señor, Dios mismo entre nosotros. La fiesta de Corpus es el Señor, es el "día del Señor", es la fe en Jesucristo. Todo carecería de sentido, todo sería espectáculo que acaba en el vacío, sin Jesucristo sacramentado, sin su presencia real y verdadera. Esta es la verdad del Corpus. Subrayo, es fiesta de fe, fiesta del Misterio de nuestra fe, que reclama el vivirla con fe e invita a reavivar y fortalecer gozosamente la alegría de la fe. La solemnidad de Corpus, los signos externos estéticos, la convocatoria de tantas gentes que se agolpan en nuestras calles, la maravillosa liturgia de la Catedral, la intensidad de los sentimientos, todo, invita a que los creyentes reflexionemos sobre la divina presencia en la Eucaristía, celebrada y custodiada, y exhorta a dejarnos envolver y asombrar por esta realidad. (Cardenal Primado de España)

Homilía en la Jornada Eucarística del Jueves, 22 de junio
S. I. Catedral Primada

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