jueves, 29 de mayo de 2008

La Virgen en la semana Santa



I.- ¿Qué sería de nosotros sin los cristales de las ventanas? ¿os lo habéis pensado alguna vez?. Todo el frio del invierno, todo el calor del verano no tendría freno, toda la lluvia del exterior o los vientos entrarían en casa. Sin embardo con ellos podemos mirar al exterior reservándonos de muchas cosas.
II.-Pues os propongo que durante estos días de Semana Santa vivamos los acontecimientos centrales de nuestra salvación protegidos por el cristal de María, un cristal limpio y puro, como su Corazón y desde Él vivir todos estos días tan santos.
III.-Domingo de victoria este que llamamos de ramos, pero que transluce un aparente fracaso: Jerusalén que está tan lleno de gente estos días de la pascua judía recibe a Jesucristo con gritos de ¡hosanna!, un grito de reconocimiento mesiánico. Pero no hay nadie, como en otras ocasiones que le reciba en su casa, quizá nadie se atreve a invitarle a comer por miedo ya a las reacciones de los judíos. Con la Virgen María que quizá fue testigo de su entrada victoriosa ha de marchar a Betania, a la casa de sus amigos Marta, María y Lázaro. Es un día de “amarga victoria”, que hace que la Virgen María vuelva a ver cómo la vida de Jesús es un signo de contradicción, creándose un muro de resistencia a su paso, en sus predicaciones.
IV.-Estos tres primeros días de la semana seguramente la Virgen los pasó en Betania, que era como una especie de oasis para Jesús por la amistad que tenían con Lázaro, Marta y María, y donde escucharía como el Señor expulsó a los mercaderes del templo, como Jesús había maldecido por el camino a esa higuera por no tener frutos y cómo a a la vuelta los discípulos vieron que estaba completamente seca….¿qué significaría todo esto?. Pues allí Ella meditando todo ello en su corazón, se adentraría en todo significado sabiendo que era este pueblo de Dios el que no daba ningún fruto y habían convertido su templo en una cueva de bandidos.
V.- Seguramente la Virgen estaría presente en la ultima cena, como el resto de las santas mujeres aunque no en la misma mesa sino en otra distinta según la costumbre judía. La llegarían los murmullos de la palabra de Jesús, las palabras de la institución de la Eucaristía, del sacramento del orden, y quizá participaron de la sobremesa mientras que recogían la mesa, cuando el Señor habla ya con dramatismo del futuro inmediato. Han sido para ella treinta tres años de preparación para ser la Madre del Ajusticiado, del Siervo de Yahve anunciado por Isaías.
VI.- Durante todo el proceso de Jesús le habrían llegado noticias, de las palabras de Pilatos, del silencio de Jesús, de las burlas de los romanos, de la saña de los sacerdotes judíos, de la flagelación ,….Los ecos de la palabra del ángel, tantos años atrás pronunciados, se le harían presente: “no temas María”. La mujer fuerte de la que se habla en el Antiguo testamento es la llena de gracia, la que nada ni nadie puedo apartar del amor de Dios manifestado en Cristo Señor nuestro. El camino de la amargura, de esta forma, le resultó más fácil al Señor, al ver cómo en Ella no le había abandonado, que era la discípula perfecta, y en Ella también reconocería a tantas almas generosas que vendrían en la historia cristiana.
VII.-Las imágenes de la pasión no la hacen justicia en la mayoría de los casos, pues aparece desmayada o gritando de dolor. Si, es muy difícil plasmar el dolor de una Madre si no es con gestos, pero el dolor roto es un dolor contenido y recio, siendo ya el ejemplo de abnegación redentora. No temas María, le golpearía una y otra vez….. El dolor del que le habló tantos años Simeón se está haciendo realidad….Ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu Madre….qué cambio y qué delicadeza la del Señor que no permite que su Madre se quede humanamente sola. Mientras que hace 33 años la Virgen María había dado a luz sin dolor a su único Hijo, ahora nos da a luz a nosotros con dolor, por eso san Bernardo dice que el Mártir de Mártir, pues mientras que su Hijo es traspasado por la laza una vez muerto, la Virgen es traspasada su alma con su cuerpo vivo.
VIII.- No temas. No temas….resucitaré a los tres días….Fueron las palabras que meditaría desde el viernes santo hasta el momento de la resurrección de Jesús. Es la mujer que cree contra toda esperanza, mientras que los que se decían sus amigos y discípulos daban por terminado esta aventura que habían empezado tres años antes. Su alma sentiría la resurrección de Jesús. Ella no necesitaba palpar ni abrazarle, ni comer con Él, ni meter la mano en su costado. Aunque sería lógico que si última mirada vivo estuvo dirigida a Ella, su mirada de resucitado también lo fuera a quien es el tipo de la Iglesia.
IX.- Dame tu mano María, la de las tocas moradas….dice el himno mariano en cuaresma. Nosotros, los legionarios de María, acompañemos estos días a la Virgen, y aprendamos así de Ella cómo vivir profundamente estos días de pasión y gloria.

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