El lenguaje que utiliza Jesús en este "discurso del Pan de Vida" no tiene nada que ver con el que utiliza en sus parábolas. Mientras que en ellas utiliza bellas comparaciones que conllevan profundísimas enseñanzas, estas palabras en la Sinagoga de Cafarnaún, pueblo de Simón Pedro, son "hiperrealistas". Recordemos que Jesús dijo: El que mastique mi Cuerpo y beba mi Sangre tiene vida... Yo soy el Pan vivo bajado del cielo... Estas palabras tan fuertes y realistas asustaron a muchos seguidores del Señor...¿Es que acaso quiere que seamos canívales? Y muchos no volvieron a ir con Jesucristo. No es sorpredente que en la última cena los ojos se les abrieran de par en par a los doce y después de la resurrección del Señor repitieran fielmente las palabras del Señor en la Cena porque enlazaron las palabras en Cafarnaún con los hechos en la Cena de Pascua. También hoy mucha gente se aparta del Señor a la primera de cambio, cuando no comprende unas palabras evangélicas, cuando un acontecimiento adverso es incompresible desde la lógica humana.
El Señor se volvió cuando precibió que muchos de los que al princicpio le siguieron le iban abandonando. ¿También vosotros me váis a dejar? Esta es la misma pregunta que el Señor nos hace en esta tarde. ¿También tu me quieres dejar? Simón Pedro, una vez más, en nombre de los doce responde: ¿a dónde vamos a acudir? Tu tienes de vida eterna. El había experimentado que sólo en sus palabras entontraba la verdad, la vida, la libertad...¿ Y nosotros, podemos decir lo mismo? Solo tu Jesucristo eres la Verdad encarnada, solo Tu puedes darme sosiego y amor, solo en Ti esta la fuente de agua viva.
Que la Virgen Reina nos alcance la gracia de ser discípulos fieles que nunca abandonen al Señor Jesús.
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