Seguimos con el "discurso del pan de vida". En el fragmento que leemos este domingo Jesús nos enseña:
- El que come de su Cuerpo y bebe su Sangre tiene la vida verdadera. Entonces, los que no se alimentan de Él no tienen la auténtica vida, solo mera apariencia de vida, como los zombis, los muertos vivientes de las películas. Solo vida aparente pero solo eso.
- Se presenta el Señor como verdadera comida y verdadera bebida. Si nos alimentamos, por tanto, para crecer mantenernos con vida, la Sagrada Eucaristía que es el alimento del alma que hace que vaya creciendo aromoniosamente con nuestro cuerpo físico. Cuántos hay están descompensados: gran cuerpo y alma escuchimizada. No han descubierto la grandeza de Jesús Eucaristía.
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