No lo es. Hoy hace ya 30 años del fallecimiento sorprendente del Siervo de Dios Albino Luciani (Juan Pablo I).
Es buena ocasión para poder volver a leer las pocas catequesis que impartió en su breve pontificado sobre las virtudes teologales, para caer en la cuenta de la necesaria formación en la cultura contemporánea para poder hacer llegar el mensaje de Jesucristo a esta generación y para crecer en humildad.
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