viernes, 8 de mayo de 2009

LA REFORMA LITÚRGICA DE BENEDICTO XVI


Ayer celebramos en la Archidiócesis de Toledo, anticipadamente, la festividad del Patrono del Clero secular san Juan de Ávila. Como don Antonio se encuentra aún convaleciente de su enfermedad y con reposo total, presidió la Misa y el acto académico posterior don Carmelo, Obispo Auxiliar de Toledo.

Después de la celebración eucarística, tuvimos la conferencia de don Nicola Bux titulada "La reforma litúrgica de Benedicto XVI".
Mucha espectación y, mucho entre los sacerdotes mas mayores, cierto desasosiego ante las "nuevas formas" que se están imponiendo poco a poco en las celebraciones litúrgicas presididas por el Santo Padre y que se van extendiendo progresivamente en las parroquias.

El ponente argumentó recordando algunos puntos que se olvidan a menudo, si no en la teoría, sí en la práctica:



  • El sacerdote no es el dueño de la liturgia, ni el hacedor de la misma. Por lo que nos es él quien para cambiar o añadir a su libre albedrío aquellos elementos que le plazcan.


  • El sacerdote no es el centro de la liturgia, sino que es Jesucristo. Ciertamente el sacerdote representa al Señor en los divinos misterios, pero en las actitudes a la hora de celebrar la Liturgia, él oscurece al Señor por su personalidad y se convierte en la "misa de don fulano" o la de don mengano. Por lo que el lugar predominante de la Iglesia no ha de ser la sede, sino el Sagrado Tabernáculo, y ésta ha de tener otro lugar para que el presbítero no oscurezca la preeeminencia de Jesucristo que es el que nos ha convocado.


  • La Santa Misa es la cena del Señor, pero es el memorial de su Pasión. La cruz que nos lo recuerda, se ha ido eliminando poco a poco de los altares, por lo que ha de volver a su centro para que las miradas, del sacerote y de los fieles, converjan en el mismo punto oracional.


  • Misas "Shows" no. Misas recogidas y devotas,si. Que favorezcan a la interiorización de los textos sagrados y litúrgicos, con ornamentos sagrados dignos y de buen gusto, que nos mueva el corazón partiendo de los bello a la belleza plena que es Dios mismo en su Trinidad Santísima.

Los sacerdotes más mayores se escandalizaron de alguna forma de todo ello, viendo en este movimiento una verdadera "contrarreforma". Ciertamente es un signo de los tiempos comprobar esta nueva sensibilidad litúrgica. Como dice el Cardenal Cañizares en la introducción del libro de don Nicola
Para muchos, aceptarla reforma conciliar ha significado celebrar una Misa quede un modo u otro debía ser «desacralizada». ¡Cuántos sacerdotesse han visto tratados de «retrógrados» o «anticonciliares» por el solo hecho de celebrar de manera solemne,piadosa o simplemente por obedecer cabalmente las rúbricas!Es perentorio salir de esta dialéctica.


Creo que debemos abrirnos a la acción del Espíritu, acercarnos al tema con delicadeza y sin prejuicios, para que de esta forma sepamos dar un culto al Señor que contruya comunidad en torno a Cristo Resucitado.

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