Salió el sembrador a sembrar....
Y habló.Y regó.Y recogió.También nosotros hemos de sembrar esta Palabra, pues la fe comienza por la predicación que entra por el oído. Y regarla con la oración, con la mortificación. Y recogeremos, vaya si recogeremos, si no en esta vida, sí en la eterna.
Lamentablemente la fe no se hereda como puede ser el color de los ojos. A cada generación hay que sembrar de nuevo, no dar por supuesto nada, y esparcir la nueva semilla. Y buscar nuevos métodos...nuevos estilos sin dejar de entregar la Verdad de Jesucristo
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