A la llegada a Cuenca fiumos recibidos por el Directos Espiritual de Cuenca y todos los hermanos legionarios de alli. Fuimos al Templo Catedral, siendo acogidos los peregrinos por el deán de la misma y desde la puerta fuimos por las naves catedralicias hasta el altar del Transparente donde esta la urna con los restos del obispo santo. Presidió la Misa el director espiritual de Cuenca, concelebrando el del Senatus, conmigo indigno siervo suyo, y mas sacerdotes de Toledo y Madrid. Una Misa participada, ganando así las indulgencias de este año de san Julián. Después pudimos disfrutar de una hermosa exposición en la misma catedral de pinturas, esculturas, de los distintos conventos de clausura de Cuanca. Una hermosura.
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