martes, 3 de junio de 2008

FRANK DUFF, FUNDADOR DE LA LEGIÓN DE MARÍA


Dejando evidentemente el juicio definitivo a las autoridades eclesiásticas, quiero en esta tarde que miremos a este hombre y veamos lo mucho que tiene que decirnos. Murió no hace mucho, el 7 de noviembre de 1980, lo que nos hace verle como nuestro contemporáneo… que vivió su vida cristiana en un ambiente parecido al nuestro.
Como las doncellas sabias del evangelio de ayer domingo, cuidó y
supo alimentar las lámparas de fe, esperanza y caridad ejemplarmente:
1. Lámpara de la fe: Los que le conocieron en primera persona al siervo de Dios Fran Duff hablan de cómo vivía piadosa y fervorosamente la Santa Misa diariamente; cómo rezaba el Rosario con unión a nuestra Madre del Cielo; cómo hacía oración personal al menos tres cuartos de hora; cómo desde 1919 rezaba el Oficio divino. Esto hacía que tuviera una altísima vida interior, que iba asimilando gradualmente los valores del evangelio….Ni qué decir tiene cómo sobresalía especialmente en devoción para con Nuestra Sra. siguiendo el estilo que había aprendido gracias al estudio del Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen de San Luis María G. de Monfort. Una fe que se consolidó y que se fue agrandando más aún en su vida con el apostolado. Si la fe crece dándola en Frank Duff la fe la conformó su vida. Buscó todos los medios para ganar a toda clase de personas alejadas para Cristo. Organizó en su cuidad Dublín un sinfín de actividades hasta que fue por fin la Virgen quien le hizo ver que la verdadera devoción para con Ella nos ha de llevar al apostolado organizando….y le inspiró el movimiento “Legión de María” para extender así el Evangelio. Cuando Frank Duff hablaba sobre el apostolado se apoderaba de él una especia de fuego que casi se convertía en algo especial físicamente perceptible”. Dejó su prometida carrera dentro del funcionariado del estado irlandés y con todo el alma , viviendo en pobreza y entrega, se entregó a la Legión de María en su organización, extensión, organización.
2. Lámpara de la esperanza: El Siervo de Dios era especialmente esperanzado. En medio de las grandes dificultades que tuvo para que a principios del siglo XX un seglar se atreviera a organizar un movimiento de seglares… nunca perdió la esperanza ni la sonrisa. Sabía que su obra cumbre, la Legión de María, no era cosa suya, y que, como obra de las manos de Dios, tenía que estar marcada por al señal de la cruz. Al tener el corazón en el Hijo de María, relativizaba fácilmente las contrariedades, sabiendo que todas pasarían.
3. Lámpara de la caridad: Justamente por amor a Dios hizo todo…rescatar a prostitutas de su actividad, visitar a los presos y darlos esperanzas cristianas, hacer círculos de estudios con los no-católicos presentando honradamente la verdad sin medianías. Por amor a Dios se dejó meter en esta aventura humana, renunciando a muchos honores humanos.

II.- Este es nuestro fundador, hermanos legionarios de María…un hombre de Dios, un hombre de nuestro tiempo que nos ha marcado un camino, que nos ha dejado sus huellas en la nieve para que sobre las suyas pongamos nuestras pisadas. Es grande la responsabilidad que hemos contraído…pero a su vez sabemos que como él también nosotros podemos hacerlo si nos dejamos poseer por la gracia y cómo la Virgen Stma. somos capaces de ser dóciles a su acción. Son grandes los retos evangelizadores que tiene la Iglesia de hoy, en nuestra amada archidiócesis. La Legión de María está en la vanguardia, pero necesitamos más braceros, más obreros pues la mies es tan abundante…
La última mirada del siervo de Dios antes de fallecer fue dirigida a un lienzo de la Madre de Dios….El Señor le haya premiado su trabajo y fidelidad al carisma que le dio. Y a nosotros la gracia de seguir sus huellas…

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